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La conccepción Juche del mundo se centra en el hombre

     El Secretario General Kim Jong Il dijo:

    "Al dar una aclaración nueva de las características esenciales del hombre, así de su posición y su papel en el mundo, la idea Juche estableció la concepción del mundo centrada en el hombre."

    La concepción Juche del mundo se divide en la esencia del mundo, esclarecida a partir de sus relaciones con el hombre y las leyes de su cambio y desarrollo.

    Es original y ventajosa la concepción Juche de la esencia del mundo, esclarecida a partir de sus relaciones con el hombre.

    La originalidad y la ventaja residen en haber esclarecido la esencia del mundo sin tomar al hombre por una parte sencilla del mundo sino por su dueño.

    La historia de las ideas filosóficas conoció concepciones de distintas matices del mundo, pero ninguna idea anterior a la filosofía marxista logró esclarecer la esencia verídica del mundo.

    La filosofía marxista dio la concepción materialista y dialéctica de que el mundo es material y no cesa de cambiarse y evolucionar, con lo que superó criterios no científicos y reaccionarios que tergiversaban la esencia del mundo con la concepción científica.

    Sin embargo, el mundo de los creadores del marxismo era donde todo se consideraba materia, incluso el hombre. Es decir el hombre mismo era considerado como parte sencilla del mundo material.

    Con tal idea no es posible poner en claro la esencia del mundo real en que el hombre ocupa el lugar de dueño y juega el papel determinante en su desarrollo. He ahí precisamente una de las limitaciones de las ideas materialistas y dialécticas respecto a la esencia del mundo.

    Para esclarecerla científicamente es necesario aclarar las características esenciales del hombre que se distingue fundamentalmente de los demás entes materiales. Así se puede esclarecer científicamente la esencia del mundo material en que el hombre ocupa el lugar especial y juega el papel determinante.

    La idea Juche ve en el hombre un ser especial y superior del mundo, para dar así una nueva aclaración de que el mundo es dominado y transformado por el hombre.

    Esto es la concepción original de la esencia del mundo que ninguna filosofía, incluso la marxista, pudo esclarecer.

    Es la concepción del mundo que toma por premisa la opinión materialista y dialéctica de que el mundo es de materias y no cesa de cambiarse y evolucionar. Sin hacerse suya la interpretación materialista y dialéctica que superara la concepción idealista no se da la opinión Juche de que el mundo se domina y se transforma por el hombre. A pesar de ello la concepción Juche no se diluye en la anterior concepción materialista y dialéctica ni la continúa tal como es.

    También es original y ventajosa la concepción Juche sobre las leyes del cambio y la evolución del mundo, esclarecidas en relación con el hombre. Es la concepción original que se distingue de la opinión marxista.

    Es bien sabido que el materialismo y la dialéctica marxistas puso en claro la ley de la unidad y la lucha de los contrarios, la ley de la conversión del cambio cuantitativo en el cualitativo y la ley de la negación de la negación, para así dilucidar las leyes generales del cambio y la evolución del mundo material. No obstante, las susodichas tres leyes tenían ciertas limitaciones.

    Primero, no vieron en el proceso del cambio y la evolución del mundo real la transformación intencionada del hombre sino el curso espontáneo de la naturaleza.

    Los creadores del marxismo tomaron el movimiento humano por una forma del movimiento material para dilucidar las leyes generales del movimiento del mundo material y cayeron en no ver en el cambio y la evolución del mundo la dominación y la transformación del hombre sino el curso espontáneo de la naturaleza. De ahí que las tres leyes marxistas no podían menos de dar interpretaciones unilaterales sobre el desarrollo del mundo.

    El mundo real comprende la naturaleza y la sociedad y las leyes del movimiento social valen sólo por las acciones independientes, creadoras y conscientes del hombre. Las tres leyes marxistas no pueden dar una interpretación certera sobre el movimiento social que se desenvuelve por la función y el papel propios del sujeto que es el hombre.

    Segundo, ellas no enseñan la vía de forjar el destino humano. Dan ciertas opiniones necesarias para la transformación del mundo, pero no la orientación a forjar el destino humano.

    Para esta hace falta esclarecer las leyes de la dominación y la transformación del mundo por el hombre. No obstante, las tres leyes marxistas se limitaron a observar el cambio y la evolución del mundo material sin tomar en consideración que el hombre debe transformar el mundo de tal manera que sirva para la forja del destino humano.

    Las limitaciones del materialismo y la dialéctica del marxismo fueron superadas por la idea Juche, por su esclarecimiento de las leyes de la dominación y la transformación del mundo por el hombre.

    Esto reside en la originalidad y la ventaja de la concepción Juche de dichas leyes esclarecidas con el hombre en el centro.

    De modo que la idea Juche dilucidó que gracias a la función y el papel propios del hombre el mundo va desarrollándose a favor y en correspondencia con el desarrollo del hombre. Esto enseña los factores, la orientación y la imagen del desarrollo del mundo.

    En fin, la concepción Juche superó las limitaciones del materialismo y la dialéctica marxistas dilucidando las leyes propias del movimiento social servibles de fundamento teórico de esclarecer el punto de vista y la actitud de tratar el cambio y el desarrollo del mundo con el hombre en el centro.

    La concepción Juche del mundo centrada en el hombre trajó un viraje en las concepciones filosóficas del mundo.