La idea Juche parte del principio filosófico de que el hombre es dueño de todo y lo determina todo, para dar así una nueva concepción humanocentrista del mundo.
El Secretario General Kim Jong Il dijo:
"Al formular que el hombre domina y transforma el mundo, ofreció una nueva concepción de este en relación con el hombre."
La nueva interpretación del mundo centrada en el hombre se relaciona con el tema de que es el mundo respecto al hombre y que es la ley de la dominación y la transformación del mundo.
El mundo es objeto de la dominación y la transformación del hombre. Esto quiere decir que tanto la naturaleza que embarga la independencia humana como la sociedad que somete socio-políticamente al hombre se van convirtiendo por las actividades humanas creadoras en condiciones socio-políticas en servicio de la vida humana independiente.
Es la naturaleza que el hombre va dominando y transformando. Esto dice que las cosas y los fenómenos de la naturaleza que embargan al hombre en su desenvolvimiento se van convirtiendo por las actividades humanas cognoscitivas y prácticas en condiciones socio-políticas al servicio de la vida humana independiente.
Las aguas del río y el mar se detienen o se retienen por las presas o los diques que el hombre construye para ser aprovechadas en bien de la vida humana independiente. El rayo dejó de amedrentar más al hombre con la colocación del pararayos y las enfermedades epidémicas como el SIDA por las medidas preventivas.
Y también las cosas y los fenómenos de la naturaleza que no servían en absoluto para la existencia humana se van convirtiendo en los que puedan ser útiles y provechosas.
Hay animales salvajes y plantas silvestres que hoy están domesticados y cultivables. Los minerales y los combustibles fosilizados no le servían al hombre mientras yacían aun en el subsuelo, pero hoy se han convertido en medios productivos indispensables para la vida humana.
Casi todos los medios productivos se consiguieron como resultado de la transformación de las cosas y los fenómenos de la naturaleza.
Aun la fuerza ciega de la naturaleza que no le servía al hombre es aprovechada para su bien. Las energías ciegas de diversas formas fueron domesticadas haciendo las veces de la limitada fuerza física humana o sirviendo de fuente energética necesaria para las condiciones de la existencia humana. La magna fuerza de la naturaleza como la gravitación universal se va superando por la energía potencial que el hombre descubrió y la cantidad incalculable de energía que no se da en la naturaleza se logra artificialmente a su servicio.
Todo esto demuestra que la naturaleza se va dominando y transformando paulatinamente por el hombre.
También la sociedad es el objeto de la transformación del hombre. Las relaciones sociales infringiendo la independencia del hombre se van convirtiendo por la lucha dinámica de las masas populares en las que se la defiendan.
Lo vemos en el paso de las sociedades humanas: de la esclavista a la feudal; de esta a la capitalista; de esta a la socialista.
Y también en lo que el hombre se va convirtiendo en agente de la vida social en todos los terrenos: político, ideológico, cultural, etc.
En sociedades explotadoras la clase dominante no maneja a su antojo el cambio y el desarrollo de la vida social. Lo demuestran claramente los fenómenos tales como la retención económica y la crisis y la proliferación del desempleo.
Sin embargo, las amplias masas populares acaban con el régimen explotador y establece el socialista, para tomar del poder estatal y los medios productivos y administrar y desarrollar todos los sectores de la vida social como política, económica y cultural acorde con su voluntad.
Todo esto demuestra que el mundo se domina y se transforma por el hombre.
El mundo se domina y se transforma por el hombre, lo que es la realidad objetiva y la ley inmutable.
Eso no implica que el mundo infinito en el tiempo y el espacio es dominado por completo por el hombre. En el mundo hay más cosas y fenómenos desconocidos por el hombre que los que llegaron al conocimiento humano. La vía láctea tiene 150 mil millones de planetas y su diámetro es de 100 mil años-luz. El hombre no llegó a conocerlo todo de la Tierra y está de más decir del cosmos. Es recomendable no confundir si el hombre es capaz de dominar el mundo y cuánto es la esfera de dominio humano.
Para cada generación humana hay límites en la esfera de dominio, pero no los hay observando desde el punto de vista histórico de la humanidad entera. Incontables son las esferas aun no dominadas, pero seguramente se van disminuyendo en el número con el desarrollo de las ciencias y las tecnologías.
Otro aspecto recomendable de tener en consideración es que todo cambio no se da sólo por el hombre. Porque todas las cosas de la naturaleza se cambian y se evolucionan según sus propias causas y por sus propias leyes.
La Tierra da una rotación diaria y una vuelta al Sol y un año tiene cuatro estaciones que se relevan por su propia ley. Cuando ese tipo de leyes llegan al conocimiento humano puede que el hombre vaya transformando el mundo según su necesidad. Al hacer referencia a la transformación del mundo se recomienda entender que el mundo no mueve ni se transforma por el hombre sino que este hace función activa en su cambio y evolución.
¿Cuáles son las razones de que el mundo se domina y se transforma por el hombre?
El hombre es el ser superior del mundo, provisto de la independencia, la creatividad y la conciencia.
El hombre no se concilia con las trabas del mundo objetivo sino que pone en juego su fuerza para dominarlo. El animal no resiste a las trabas naturales sino que se limita a adaptarse a ellas, de manera que no se desprende sino que se sujeta a la naturaleza. Esto demuestra que sólo el hombre es el único dominante del mundo.
El hombre, gracias a su carácter de independencia y creatividad, va transformando el mundo según su necesidad y voluntad para su provecho.
Si se quemara una selva los animales que la habitaban no podrían menos de mudarse a la otra para sobrevivir. No obstante, el hombre vuelve a sembrar allí nuevas plantas formando otra mejor. Con la escasez o el agotamiento del agua el animal no puede menos de ir en su busca, pero el hombre cava la tierra para sacarla del subsuelo o abre canal para la irrigación. Así como vemos el hombre vive de transformador del mundo.
El hombre, gracias a que cuenta con la conciencia, va transformando el mundo no ciegamente sino de manera intencional y consciente. El elefante, el león, el tigre, la ballena, etc. son dominantes del reino animal, pero no resisten en absoluto al capricho de la naturaleza. La conciencia es el factor fundamental de haber hecho del hombre un ser superior.
El hombre es el ser social de la independencia, la creatividad y la conciencia, atributos por ningún otro ser material disponible, por lo que el mundo se vaya sometiendo cada vez más al hombre.
La dominación y la transformación del mundo por el hombre tienen que ver con que el mundo es de materias y se cambia y evoluciona según ciertas leyes.
Al recurrir al idealismo que sostiene que el mundo es de seres misteriosos no se sacaría la conclusión de que el mundo se domina por el hombre y si se atuviese a la metafísica que sostiene que el mundo es inmutable tampoco se sacaría la conclusión de que el mundo se transforma por el hombre.
Si el mundo no fuese de materias y moviese sin ninguna ley propia el hombre no llegaría a conocerlo ni transformarlo según su necesidad.
Según el cuento en la antiguedad un aristócrata oyó decir que la sandía daba rica cosecha al darle mucho estiércol y sembró unas matas dándole todos los días mucho abono y en fin la sandía se pudró en lugar de dar buena cosecha. Tal como cuentan sin conocer la razón de crecer la sandía no la podrían ni cultivar.
Sin conocer la ley de la acción y la reacción, tercera ley de Newton, no habrían descubierto el cohete y sin conocer la ley de conservación y la transmisión de la energía no habrían podido generar la energía eléctrica.
El conocimiento de que el mundo es material y mueve según cierta ley hizo posible el trabajo humano de transformarlo de acuerdo con sus necesidades e intereses.