La independencia, la creatividad y la conciencia son atributos sociales.
El Scretario General Kim Jong Il dijo:
"La independencia, el espíritu creador y la conciencia son atributos sociales del hombre que se forman y desarrollan a lo largo de la historia."
Las características esenciales del hombre consisten en atributos sociales, lo que implica que se forman y se desarrollan en el curso de la historia social.
Suelen decir que son importantes las aptitudes y dotes innatos: para ser la bailarina debe ser esbelta; para el cantor buena voz; para el pianista dedos finos y largos; para el atleta piernas largas y músculos fuertes; para el investigador cerebros grandes, etc.
Esto dice que las acciones independientes, creativas y conscientes del hombre se relacionan con órganos humanos específicos y funciones biológicas. Eso se debe a que el hombre dispone del cerebro desarrollado, manos, piernas, etc. con los que puede reflexionar sobre el mundo objetivo y transformar la naturaleza. En otras palabras, por tener el cuerpo y cuatro extremidades desarrollados posee la función de reflexionar y trabajar, que le permite gozar de la independencia, la creatividad y la conciencia.
Y, ¿es que ellas son atributos biológicos e innatos? No. Todos los órganos humanos peculiares y sus funciones le sirven de condiciones biológicas y materiales para la formación de ellas, pero no las dan directamente.
En la sexta década del siglo 20 encontraron a un niño en una de las manadas de animales en una selva de la India, que no hablaba ni caminaba sino que bramaba y andaba a gatas como animal. El cuerpo era humano, pero se portaba como animal. Esto demuestra que las características humanas no se dan por la naturaleza.
Las características esenciales del hombre nacieron y se desarrollaron a lo largo de la historia social. Es decir, se forman en la sociedad.
El animal se limita a adaptarse a la circunstancia y a lo máximo llega a aprovechar las cosas en su estado natural. A diferencia del animal el hombre hace nuevas cosas que no existen en la naturaleza, lo que tiene como premisa la conciencia de pensar y la lengua, capa material del pensar y medio del intercambio de ideas. La conciencia, la lengua y el trabajo fueron dables con el establecimiento de relaciones sociales entre los hombres.
Los antecesores del género humano, el mono entre otros, conocieron el "trabajo" de forma instintiva como la recolección de frutas en el curso de la vida en manadas y el proceso histórico de trabajar desarrollaron sus órganos físicos adaptables a la reflexión y el trabajo, lo que dio lugar a relaciones sociales.
Las primitivas relaciones sociales dieron lugar a la conciencia y la lengua y el paso del trabajo de forma instintiva al trabajo consciente. La aparición de la especie humana es contemporánea con la formación del trabajo, la conciencia, la lengua, órganos físicos desarrollados y la sociedad.
La complexión desarrollada, la conciencia, la lengua y el trabajo forman el signo propio del hombre que lo difiere de los demás entes materiales. Lo hizo posible la formación de relaciones sociales.
La complexión, la conciencia, la lengua y el trabajo son frutos sociales y llevan caracteres sociales.
La conciencia humana es social, la lengua es el medio de contactos sociales y el trabajo es la acción social. Desde que entabló relaciones sociales el hombre dejó de ser sencillo ente biológico que actuaba en forma instintiva y ciega convirtiéndose en un ser particular que se dedicaba a transformar la naturaleza y la sociedad de manera intencional y consciente. Es decir, puso fin al proceso evolucionario pasando a desarrollarse en forma social.
Esto demuestra que el hombre llegó a formar la sociedad pasando así del reino de la naturaleza a portar atributos sociales, propios del género humano. He aquí una de las razones importantes de que la independencia, la creatividad y la conciencia del hombre nacen como atributos sociales que se dominan y se desarrollan en el proceso histórico.
Estos no son invariables y abstractos sino que se concretizan históricamente, por lo que llevan caracteres sociales.
Estos no son inmutables sino que se concretizan constantemente a lo largo de la historia.
Primero, la independencia en su contenido y su forma de concretización se cambia y se desarrolla a lo largo de la historia.
Para todo momento del desarrollo social no son iguales el contenido y la forma de la concretización de la exigencia humana independiente.
El hombre aspira a vivir independiente y libre de las trabas de la naturaleza y las supeditaciones sociales, pero eso no se realiza de una vez por todas. Es lo que requiere una tenaz lucha de prolongado tiempo y según las concretas condiciones históricas y el nivel de su formación del hombre se presenta la exigencia de mayor dimensión pugnando por su concretización.
El esclavo presentó como su exigencia independiente verse libre de la dominación y supeditación inhumana del esclavista, pero la clase obrera quiere acabar definitivamente con la dominación y subyugación de toda forma del hombre por el hombre viéndose libre de la explotación y la opresión capitalista.
Esto demuestra que la independencia humana es el atributo social que se concretiza a lo largo de la historia.
También la creatividad humana es el atributo social que se concretiza a lo largo de la historia social. La creatividad se forma y se desarrolla ininterrumpidamente en el proceso de transformar la naturaleza y la sociedad. La historia de las ciencias es del desarollo de la facultad cognoscitiva y la historia de las fuerzas productivas es del progreso de la capacidad transformadora de la naturaleza.
El proceso de las fuerzas productivas y las ciencias y tecnologías, principiando con instrumentos de piedra hasta los productos de la tecnología de punta, era del aumento de la facultad creadora del hombre, lo que da prueba de que la creatividad humana se forma y se concretiza a lo largo de la historia social.
También la conciencia es el atributo concreto que se difiere en el contenido y el nivel según el tiempo histórico.
La conciencia del hombre depende de las ideas y los conocimientos en su contenido y el nivel de su desarrollo. Cuanto más se desarrolla la sociedad y se acelera la transformación del mundo tanto más alta conciencia se requiere. Cuanto más se desarrolla la vida social tanto más se siente consciente de su exigencia e intereses y tanto más voluntad y entusiasmo despliega.
Esto dice que la independencia, la creatividad y la conciencia no son atributos inmutables y abstractos sino concretos que se desarrollan constantemente a lo largo de la historia.
La independencia, la creatividad y la conciencia son atributos sociales que se forman y se desarrollan a lo largo de la historia, lo que se debe a que se heredan por generaciones a través de la práctica social y la educación.
En el caso del bebé no reconoce al inicio a su mama siquiera. Llora si tiene hambre y se duerme cuando tiene sueño. Esto es el fenómeno natural que se hereda biológicamente. No obstante, las ideas y los conocimientos no se heredan por sí solos.
El hombre requiere la educación familiar, escolar y social y actividades prácticas para poder adquirir la conciencia ideológica independiente y la facultad creadora, para así fomentarse como hombre social.
De esta manera los atributos del hombre se forman y se desarrollan a través de la educación y prácticas sociales. Así que son sociales.
La idea Juche puso en claro que el hombre es el ser social provisto de la independencia, la creatividad y la conciencia, para de esta manera poner fin al debate filosófico respecto a la naturaleza humana y hacer superar científicamente toda forma de versiones no científicas y reaccionarias.
Además demostró que el hombre es el ser más potente del mundo y el agente de su dominación y transformación, elevando así a la máxima dimensión la dignidad y el valor del hombre.
La versión completa respecto a la naturaleza del hombre por la idea Juche reviste un gran significado histórico.