El tener la autonomía en la ideología es otro principio directivo para verificar la independencia en los terrenos ideológico y espiritual.
El Secretario General Kim Jong Il dijo:
"Establecer el Juche en la ideología significa hacer que cada uno posea la conciencia de estar encargado de la revolución y la construcción, adopte el criterio y la actitud de pensar y realizar todas las cosas a partir de la revolución de su país y de resolver cualquier problema con su propia sabiduría y su propio esfuerzo."
El tener la autonomía en la ideología consta de tres sentidos: tener la conciencia de ser dueño de la revolución y la construcción; tener el punto de vista y la actitud de pensar y trabajar con su revolución en el centro; resolverlo todo con su sabiduría y fuerza.
El tener la autonomía en la ideología es, ante todo, tomar la conciencia de ser dueño de la revolución y la construcción. Es decir, implica tener la visión y la actitud de que ellas son para y de las masas populares.
Es necesario, por lo tanto, que ellas tomen parte activa en la revolución y la construcción. Para ello es preciso tomar la conciencia de dueño, cuando pueden abnegarse en cuerpo y alma en aras de la revolución y la construcción.
Valdría la pena citar a un obrero reparador de la tubería, cuyos apodos eran: compadre generoso, compadre tigre, compadre avaro, compadre "¡momento!", etc.
Era generoso en dar mano al que la necesitaba; era tigre para con el que trabajaba sin cuidado; era avaro con los repuestos que tenía para con los que no los apreciaban; decía un momento a los que no trabajaban con minuciosidad. Era tan trabajador y responsable que no había problema alguno donde trabajaba. No sólo era muy exigente consigo sino que se ofrecía voluntario en ayudar a sus compañeros de trabajo. Era el fruto de la conciencia de la responsabilidad sobre las tareas de la revolución y la construcción.
El tener la autonomía en la ideología significa además pensar y trabajar a partir de los intereses de la revolución y la construcción.
Quiere decir que uno debe pensar primero en la revolución y resolverlo todo a partir de sus intereses. Significa, en una palabra, dedicarlo todo en aras de la revolución.
Aprenderlo todo para la revolución y trabajar para la prosperidad de su país, esto será la visión y la actitud de partir de su revolución en el modo de pensar y trabajar.
Hacer cosas de mejor calidad, construir viviendas de nivel mundial, hacerlo todo en bien de su pueblo, etc. constituyen la visión y la actitud de hacerlo servir todo en aras de la revolución.
El tener la autonomía en la ideología significa, además, resolverlo todo con su genio y esfuerzo.
La revolución es obra para sí mismo, por lo que es imposible confiar su realización en nadie. Si uno piensa hacer algo a expensas de otros es posible que se malogre la revolución.
Érase cuando Corea se hallaba en situación de caer como colonia del militarismo japonés.
En 1905 el imperialismo japonés forzó al gobierno feudal de Corea el Tratado de Cinco Puntos del Año Ulsa despojándole la diplomacia e interviniendo abiertamente en sus asuntos internos.
El pueblo coreano se levantó en la lucha antijaponesa contra la ocupación japonesa derramando mucha sangre. Sin embargo, no poca gente empezando por Lee Joon intentó recuperar el poder estatal por medio de conseguir el apoyo y la simpatía de los países del occidente. Tres delegados consiguieron la carta credencial del rey coreano Go Jong y llegaron a La Haya, Nederland donde tendría lugar la Conferencia Mundial de la Paz con el propósito de desenmascarar la política japonesa de agresión a Corea llamando la atención internacional. No obstante, los delegados del occidente a la Conferencia les dieron espalda rehusando su participación arguyendo que Corea se había despojado de la diplomacia por el Japón. A la sazón, Lee Joon y su comitiva se dieron cuenta de que los imperialistas del occidente y los japoneses eran de la misma calaña y se abrió su abdomen esparciendo sus entrañas a los ahí congregados en protesta de la injusticia. Era porque se había percatado de que confiando en fuerzas ajenas la nación no podría menos de arruinarse. Después del incidente el imperialismo japonés le forzó al rey coreano a abdicar su trono para su ocupación completa a Corea.
Como nos demuestra el incidente de La Haya, si uno desease contar con fuerzas ajenas en la revolución y la construcción no las podría realizar correctamente. La dependencia en fuerzas ajenas trae la ruina a la nación.
Y, ¿dónde reside la razón por la que se debe tener la autonomía en la ideología?
Eso reside en que el agente de la revolución y la construcción de todo país es su pueblo mismo.
En el globo terráqueo se cuentan más de 200 países y más de 20 mil naciones y tribus y la lucha popular por la independencia se libra a nivel nacional.
En todo caso, todo pueblo es agente de su revolución. Esta se desarrolla por la exigencia y la aspiración del pueblo, no por la coerción de nadie. La revolución nacional no es confiable en nadie sino en sí mismo. La revolución no se exporta ni se importa. Es posible que una revolución apoye e influya sobre la otra. Sin embargo, si no se levantase el sujeto de la revolución no valdría nada el apoyo de afuera por más grande que fuese. Será lo mismo que regar a la planta ya seca.
Toda revolución constituye la tarea fundamental de todo pueblo, por lo que es necesario que tome conciencia de su responsabilidad ante su revolución y que posea la visión y la actitud de reflexionarlo todo a partir de su revolución y resolverlo todo con su propio genio y fuerza.
Además es preciso tener la autonomía en la ideología para la revolución mundial.
La revolución mundial es la lucha por la independencia de las masas populares en escala mundial. Esta se culmina definitivamente con la victoria de las revoluciones nacionales. No es que esto se refiere a su suma matemática. Toda revolución nacional forma parte de la revolución mundial, por lo que se libra en su estrecha relación. Sin embargo, son autónomas. Es como en el maratón se diferencian los atletas.
Las revoluciones nacionales parten de diferentes puntos y diversas condiciones, por lo que no pueden levantarse ni ganarse al mismo tiempo.
La revolución mundial no es nada abstracta e independiente de cada revolución. Mucho tiene que ver con las nacionales. Por lo tanto, todo pueblo tiene que hacer bien su revolución tanto para la victoria de la revolución mundial como la colaboración con otras. Para ella es preciso tener la autonomía en la ideología. Es el primer requisito de la lucha popular por la independencia. Con la autonomía en la ideología es fácil realizar la soberanía en la política, la autosuficiencia en la economía y la autodefensa en la salvaguardia nacional.
La revolución y la construcción son obras conscientes para la independencia popular. Es por eso que las masas populares deben tener la autonomía en la ideología.
Con la toma de la visión de reflexionarlo todo a partir de su revolución y la actitud de resolverlo todo con su propia fuerza la gente llega a tomar parte en su revolución.
La autonomía en la ideología es el primer requisito de la soberanía en la política, la autosuficiencia en la economía y la autodefensa en la salvaguardia nacional.
Así que la autonomía en la ideología es la primera exigencia de la lucha revolucionaria por la independencia popular y el principio fundamental de toda revolución.