La fidelidad absoluta al líder es un factor principal, con el cual el Gran Dirigente, Camarada Kim Jong Il y el Máximo Dirigente Kim Jong Un han podido profundizar y desarrollar el kimilsungismo-kimjongilismo.
La primera cualidad del dirigente que hereda la causa revolucionaria del líder es la fidelidad al líder. El dirigente de la revolución debe tener, ante todo, una firme fidelidad al líder para salvaguardar firmemente y desarrollar totalmente la idea y la causa del líder adecuado a su misión.
El Gran Dirigente fue una máxima personificación de la fidelidad que enalteció en lo alto al Presidente Kim Il Sung y que realizó la noble voluntad y el gran proyecto del gran Líder consagrando toda su vida.
Todos los pensamientos y las prácticas del Gran Dirigente llevaban la fidelidad absoluta al gran Líder.
La fidelidad absoluta al gran Líder fue el punto de partida y el fundamento principal de todas las actividades ideo-teóricas del Gran Dirigente y la fuente de su perspicacia destacada y de la pasión revolucionaria.
El Gran Dirigente, por contar con la fidelidad infinita al líder, ha salvaguardado puramente la idea revolucionaria del gran Líder y la ha profundizado y desarrollado generalmente adecuado a la demanda de la práctica revolucionaria que se desarrolla, y así la ha brillado como una inmortal idea rectora de la era jucheana.
El Máximo Dirigente es el máximo ejemplo de la fidelidad que personifica la fidelidad a los grandes Líderes en una altura más noble.
El Máximo Dirigente, después del fallecimiento del Gran Dirigente, hizo respetar al Gran Dirigente como el Sol eterno de Juche e hizo convertir el Palacio del Sol de Kumsusan en un lugar sagrado del Sol, en donde dos grandes líderes están con un aspecto eterno.
El Máximo Dirigente, teniendo la férrea voluntad de cumplir hasta el fin las enseñanzas de los grandes Líderes sin ninguna vacilación y concesión, dirige vigorosamente a todos los pueblos y los oficiales y los soldados del Ejército Popular de Corea a su cumplimiento.
El Máximo Dirigente, por personificar la fidelidad a los grandes Líderes en una altura más noble, desarrolla y enriquece desde todos los ángulos las ideas revolucionarias del gran Líder y del Gran Dirigente reflejando las demandas de la época y de la práctica revolucionaria que se desarrolla.