El Dirigente Kim Jong Il dijo: ¡Vivir no para hoy, sino para mañana! Esto es mi concepción de la vida. Exhorto con esto a vivir dispuestos a consagrarlo todo en aras del porvenir de la patria y la felicidad de las generaciones venideras aunque no puedan gozar de una vida feliz y sosegada.
Hoy no pocas personas de muchos países tratan de buscar el placer de vida en ganar fondos fabulosos, en ocupar un alto poder o en la vida material lujosa. Son quienes hacen caso omiso de los intereses ajenos y la prosperidad del colectivo para perseguir sus placeres personales. Y tienen sólo hoy, no mañana. Es porque tal vida termina por la individual y, por ende, la vida sin futuro es como una vida efímera.
La dignidad del hombre que nace y vive dentro del colectivo reside en la lucha por crear el futuro. En la vida las hazañas contribuidas a crear el futuro del colectivo y fortalecer su poderío se guardan para siempre con la colectividad.
Abnegarse por la prosperidad y el futuro de la sociedad y el colectivo a pesar de no gozar del placer momentáneo constituye la contribución genuina a la sociedad y a la colectividad, lo que no se olvida por la sociedad y el colectivo. Por lo tanto, los que viven hoy para mañana disfrutarán una vida preciada y eterna, que no se imagina en las personas que viven hoy sólo para hoy.
Para no vivir hoy sino para mañana ha de tener el espíritu de amar a las generaciones posteriores, futuro de la revolución.
Sólo quien ama al futuro de la revolución puede sacrificarse a la lucha revolucionaria y a la labor constructiva en aras del triunfo final de la causa revolucionaria y la prosperidad de generaciones posteriores y además, superar firmemente cualesquier dificultades y pruebas confiando en el mañana.
Para vivir hoy no por hoy sino por mañana hay que aceptar con gusto las penas para crear mucho para contribuir a lograr la prosperidad eterna de la Patria.
Sólo quien vive así puede legar a las generaciones posteriores cosas buenas a pesar de no disfrutar el placer momentáneo dejando así las